sábado, 24 de abril de 2010

El lado B del Terremoto


Estaba yo caminando por el mercado cardonal, buscando frutas y verduras para la semana. Cuando de repente, se acerca a mi, la Angelita, antigua beneficiaria de nuestro programa. Mujer sacrificada de 29 años (hoy se ve de 41), que se levanta todos los días a las 06:00 AM, para vender ilegalmente ajos, pimentones y cebollas. Mientras sus hijas (todas niñas) que hoy no superan los 12 años de edad, están en la escuela publica del marginal barrio donde viven. Ella, toda humilde, me dice con su voz timida: Hola Señorita. Zsu, como esta?, Se acuerda de mi?. Y yo le respondo que si, que por supuesto, que como no?? Y comenzamos a hablar de su vida. Las típicas preguntas de rigor, las hijas, la postulación a la vivienda, el trabajo, su marido. Y lógicamente ella respondió a mis interrogantes (que debo reconocer, yo no estaba muy interesada en saber…. Estaba mal estacionada), primero de manera feliz por el orgullo de sus hijas, a quienes, tal como dijo ella: “por ser buenas alumnas, la presidenta les regalo un notebook”. Uhhh pensé en ese mismo instante, ojala les siga yendo bien y lleguen a la universidad…. Su vivienda? Parece que no pudo finalmente postular, porque había tenido que pagarle una plata a un familiar, pero seguía viviendo en su pequeña pero limpia mediagua que estaba en el centro de la loma del cerro. Su trabajo? Acá sigo po, me va mas o menos, la gente es tacaña, me dijo, no quiere pagar y eso que yo vendo barato. Y estiro su mano y me regalo un pimentón grandote. Y tu marido Angelita?, le dije. Como se ha portado? Y la respuesta fue un balde de agua fría. Porque cuando la conocí, ella venia derivada por violencia intrafamiliar (cuestión cotidiana en el departamento social) y cuando comenzamos a crear un vinculo de confianza, me conto muchas cosas que “su marido” le había hecho durante varios años. Lo más duro fue cuando casi buscando protección, me dijo: El me dice que soy fea, que soy negra, que soy hedionda, que no le gusto a nadie, que soy una puta, que me ando regalando. Y cada vez que me dice esas cosas me termina pegando. El año pasado señorita (año 2006), este desgraciado, me agarro a martillazos en el cuerpo y en una de esas, me golpeo la cabeza y mire como me dejo. Yo quede aterrorizada cuando pude ver su cráneo con cierta deformación. Este hombre, señorita, me tuvo como tres semanas hospitalizada y tuve que mentir, decir que me fui cerro abajo, para que él no se fuera para arriba (a la cárcel). Me pidió perdón y me dijo que nunca más lo iba a hacer y a la semana me estaba insultando, diciendo cuestiones feas de mi, delante de mis hijas. Imagínese que una vez hasta me escupió delante de ellas, me metió la cabeza al tarro donde tenemos el agua, porque me había quedado dormida. Cada vez que yo me equivocaba, el me pellizcaba, me tiraba el pelo. Y yo todos los días del miedo, me equivocaba. Una vez señorita, sabe, el me gritaba tanto, que me hice pipi en el patio y desde ahí que me dice meona………
Yo podría seguir este relato u otros relatos que se dieron en el año 2007, hasta que ella, por petición nuestra se fue a una casa de acogida con sus hijas, para estar borrada del mapa por más de tres meses.Por eso, cuando en el mercado le pregunte por su marido, ella con absoluta serenidad, me dijo, el ya no me molesta señorita. Tuve la suerte que él estaba en el sur pal terremoto y fue uno de los muertos de Iloca. Señorita, me dijo, yo le pido perdón a Diosito, por lo que siento, porque nunca le desee la muerte a nadie, pero usted sabe que este hombre me mato a mi primero. Ahora estoy tan tranquila, hasta mis hijas pueden dormir en las noches……………Yo solo pude darle un abrazo… me quede muda, no pude decirle que empatizaba con lo que ella sentía……

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