Venía dentro de la empanada !!!

Caminaba por el centro de Valparaíso, pegando carteles del Bazar que se realizaría el Domingo 30 de Mayo, cuando miré el reloj y me di cuenta de que ya eran las 14:00, por tanto, debía hacer un stop en mi caminata, para irme a almorzar. Inicialmente pensé que mi mejor opción era irme donde el japonés, pero el cansancio me ganó y por no caminar tres cuadras más, decidí meterme en las “Empanadas famosas”. Miré a ver si quedaba alguna mesita…… pero nada. Pareciera que todos se habían puesto de acuerdo para ir ese día. Pero había un espacio en la barra, lugar hacia donde me dirigí y por querer apurarme, terminé enredando mi infantil vestido en la silla. Amablemente el caballero del lado, me ayudó. Sentadita esperando, vino la histórica mozaica y me preguntó qué quería, a lo que le respondí que el caballero estaba primero. Luego me tomaron el pedido, que poco se demoró en llegar, pero ese tiempo no impidió que yo hiciera todas las llamadas debidas, para reportar mi trabajo callejero de aquel día. Llegó mi empanada que no estaba caliente, estaba hirviendo. Y el caballero del lado me empieza a meter conversación y yo que no soy lora, empiezo a responderle. En eso estoy, cuando lo miro bien a la cara y resultó ser un joven treintón, de buena facha, nariz pronunciada, cabello liso, color de piel aceitunado y almendrados ojos. Yo, por supuesto, no hice ningún gesto que acusara mi deleite de estarlo mirando, ni siquiera mostré interés. Más bien me hice la “socia amigable-lora-conversadora”. Me enteré por ejemplo que también tiene ascendencia “tana” y turca. Y obvio que yo para no ser menos le dije de la mía, a lo que agregó con voz gravemente suave: O sea los ojos orientales no son coincidencia… Y yo sonreí con mi completa dentadura… miauuuuu. Coqueteo implícito que duró sólo hasta que me preguntó si estaba pololeando. Creo que le bastó ver mi cara para que no insistiera en su pregunta. Y agrega que quiere conocer personas y yo toda celestina le ofrezco a mis amigas. Pero se fue de negativa, indicándome que el interés era por mí (yo por dentro dije: este vestido me trae reportes… hay que acortarlo aún más!!!). A esa altura del partido y de mi vida, no iba a negarme a nada, así que cuando me pidió el teléfono no dudé en dárselo, pero convencida, de que era poco probable que llamara. Pero eso fue hasta hoy, cuando siendo las 18:00 horas contesto un teléfono desconocido (lo que nunca hago) y me dice: Soy Aldo !!! Y luego de una conversación harto precisa, quedamos en vernos mañana en Santiago… Ciudad a la que cada uno va por motivos diferentes… pero que no se niega a recibir a visitantes curiosos de la noche santiaguina :)